La temporada doradera parece que ha dado comienzo por algunas zonas, por lo que, aunque ya llevase buscándolas todo el invierno, ahora mis esperanzas y ánimos son mucho mayores.
Sin embargo, antes de hablar de mi última aventurilla, voy a aprovechar para quejarme de una situación muy actual y de hace ya bastante tiempo, la suciedad en las playas. A mi, personalmente, me gusta ir a una playa y que ésta no esté llena de cajas de gusanos, paquetes de anzuelos, latas de cervezas, hilos por doquier, incluso cortauñas usado entre otras animaladas que te puedes llegar a encontrar. Como no me gusta encontrarme la playa así, hago lo posible por no dejarla en esas condiciones. Se que la mayoría dirán que si no solo lo hacen los pescadores, que si los turistas también la ensucian.. Bueno, en esta época del año pocos turistas hay por las playas, y no van dejando tal cantidad de porquería. Así que os invito a que dejéis el pesquero limpio para poder disfrutar de unas playas o pesqueros "sanos" y sin porquería.
El día anterior había salido con el compañero Santiago a probar suerte, pero el estado del mar hacía imposible tener alguna opción para sacar alguno de estos espáridos, ni si quiera los cangrejos nos permitían lanzar cebos "duros". El agua estaba chocolate hasta los entrados 300m por lo menos, y no es que estuviese muy calmada. Así, tras un día un poco nefasto, decidí hacer una escapada al día siguiente, pero esta vez por la noche, y a una de mis playas favoritas.
Conseguí envaucar a Ismael para que viniese tras el trabajo (aunque más que envaucarlo yo, se apuntó directamente a un bombardeo jeje), por lo que a partir de las 22:00h no estaría solo.
De cebo lo llevaba todo del terreno, tita y lombriz, esperando hacer un pesquerón, ya que el mar estaba más calmado y el chocolate solo llegaba hasta los 150m, por lo que lanzando desde espigón, estaba pescando en zona limpia.
Pasó la tarde y solo una picada que no clavó. El cangrejo no comía y los cebos duraban bastante en el agua. La cosa cambió cuando anocheció. La lombriz empezaba a no durar ni cinco minutos en el agua y la tita salía mordisqueada, pero sobre las 21:00h saqué una bonita mabra. ¡La cosa se animaba!
Pero parece que fue un espejismo porque hasta las 00:15h o así que saqué mi segunda mabra no salió nada. La lombriz ni la miraban y parece que lo poco que entraba era a la tita, por lo que agotamos las últimas titas, sacando Ismael una preciosa mabra que dio guerra en el rebalaje (eso es lo que más me gusta de esta playa, imagínate cuando saque algo gordo!).
Finalmente a las 3:00h recogimos porque al salir la luna cesó toda actividad del pescado.
Este fue mi resultado final, pero no desisto, el Sábado pisaré la que para mi es una de las mejores playas que he pisado, si no la mejor y mi favorita: Peñíscola.
Good fisherman!!!
ResponderEliminarThe Boss.